¿Cuál es la diferencia entre Confucio, Buda y Jesucristo?
Es la gran pregunta, pero más interesante aún si se lo preguntan a un filósofo chino, seguidor de Confucio, que se pasó al budismo y finalmente se hizo cristiano.
El filósofo reflexionó unos segundos, se incorporó un poco y dijo: «he visto mi vida como la de un hombre en el fondo de un pozo, del que no podía salir.
Se asomó Confucio y se cruzó de brazos; era un reproche por haberme caído en él. Era mi culpa.
Buda vino después. Era pura simpatía, puro optimismo: me daba consejos para trepar, pero siempre lo hacía desde fuera del pozo.
Por último, vino Jesucristo; se descalzó, bajó al fondo del pozo y se puso a mi lado para ayudarme, si yo quería».
Cristo resucita para sacarnos a todos del pozo. Ojalá que la celebración de la Resurrección nos lleve a estar más contentos y a querer más a Jesús y a la Virgen María. Cristo vive para siempre y quiere que nosotros vayamos a vivir con Él para siempre. Felices Pascuas.
D. Rafael Mosteyrín