Durante el verano de 2021 un total de 20 alumnos de Formación Profesional de Altair han participado en el programa Erasmus+. Cuatro de ellos con estancia en Polonia, y los dieciséis restantes en países como Lituania, Eslovenia e Italia. Ha sido el año que más alumnos de Altair han viajado con Erasmus+, ya que con motivo del Covid´19 muchos centros educativos no se han apuntado y han dejado plazas libres. “Ha sido una apuesta valiente”, asegura Pablo Fernández-Montes, coordinador de Erasmus+ de Altair, centro que lidera este consorcio que busca impulsar las perspectivas laborales y de desarrollo personal de los alumnos, a través de experiencias internacionales.
¿Cuántos años lleva Altair con este programa de Erasmus+?
Cumplimos ya siete años participando en este proyecto y la verdad es que ya está muy bien implantado en el centro.
¿Qué utilidad tiene para los alumnos participar en este programa?
Sirve muchísimo. Esta experiencia Erasmus+ da una gran visibilidad al currículum del alumno. El programa de grado supone tres meses fuera y el de grado superior supone dos meses fuera, en un país que no es el tuyo, y demuestra que el estudiante tiene iniciativa para lanzarse a ir una empresa polaca o eslovena y hablando y trabajando en inglés. Un chico internacionalizado es lo que muestra el sello de Erasmus+ en un currículum. Es un programa muy atrayente, que despierta cada vez más interés entre los alumnos y Altair tiene garantizado el proyecto de Erasmus+ hasta el curso que termina en 2027.
¿Cómo ha influido en su organización la participación previa en Erasmus+?
La internacionalización de la institución que nos ha traído la participación en Erasmus + ha sido a varios niveles. Por un lado, los alumnos al llegar de su estancia en el otro país cuentan a sus compañeros su experiencia y los beneficios obtenidos en su desarrollo personal y profesional. Les hablan de la madurez que adquieren al participar en el programa, de que se acostumbran a asumir responsabilidades, de que este programa permite abrir horizontes vitales y profesionales.
Este curso, por poner un ejemplo, un alumno con síndrome de Asperger ha ido de Erasmus y la familia está positivamente impactada por la madurez alcanzada por su hijo. Por otro lado, ha influido porque hay alumnos que llegan a estudiar formación profesional a nuestra institución debido a la difusión que hacemos en el centro y en el exterior de las posibilidades que tiene estudiar en Altair, pues, entre otros atractivos, tienen la posibilidad de vivir una experiencia profesional con Erasmus en otro país europeo.
¿Qué experiencias ha adquirido su centro gracias a estos programas de Erasmus +?
Nuestra organización ha aprendido tanto a nivel humano como pedagógico y de apertura a mentalidades europeas. Nuestros profesores, al participar, aprenden otras técnicas educativas, otras formas de abordar problemáticas similares, vuelven cambiados y con ganas de traer este nuevo modo de hacer las cosas. Por otro lado, las familias y los alumnos, conocedores de que estamos en un imparable proceso de internacionalización, están cada vez más abiertos a la idea de viajar, trabajar y aprender, para crecer como ciudadanos europeos. Y como hemos indicado antes, los compañeros que vuelven de Erasmus animan a otros estudiantes a vivir esta experiencia, que sirve para quitar los miedos y salir de la zona de confort.
Finalmente, debemos recordar que la mayoría de nuestro alumnado proviene de los barrios cercanos a nuestro centro, los cuales se encuentran entre los más pobres de toda España. Por tanto, implantar, fomentar y hacer crecer entre nuestros alumnos proyectos como los que Erasmus+ nos facilita, nos eleva exponencialmente las posibilidades de progreso humano y profesional que estamos ofreciendo a nuestros alumnos.