El cuadro de san Josemaría y el beato Álvaro, que se encuentra en el oratorio de Altair,
es obra del profesor y artista Ángel Guillermo Martínez Escolar. Conversamos con
Ángel Guillermo, pintor cuyas obras tratan del hombre, lo divino y lo humano, la
belleza, la trascendencia, la religión, el tiempo, el bien y el mal, el arte, el amor y otros
temas que se van plasmando a través de los géneros tradicionales: figuras, paisajes,
bodegones, retratos, o “caprichos”. La vida y el arte se conjugan en
sus creaciones para dar lugar a una producción cuyo componente simbólico hace que
cada obra no sea mera reproducción del mundo físico. Martínez Escolar ha trabajado
todos los géneros: retrato, paisaje, bodegón y el tema religioso, como el que nos
ocupa. También ha cultivado el diseño gráfico, realizando algunos carteles e ilustrando
diversas publicaciones.
¿Qué intenta reflejar en el cuadro de San Josemaría y el beato Álvaro que se encuentra en el oratorio de Altair?
Intento reflejar la idea de unidad, esa unidad que siempre tuvo el beato Álvaro con san
Josemaría. Lógicamente, sólo hay un fundador del Opus Dei que es san Josemaría, de
ahí que aparezca en el primer término, en actitud de bendecir. El beato Álvaro, por su
parte, se dispone a recibir esa bendición, que recibimos todos los que nos acercamos a
san Josemaría.
¿Cómo se educa el sentido artístico y cultural en los alumnos?
Me parece que esta pregunta es importante, ahora que se están eliminando de los
currículos asignatura como EPVA o recortando los tiempos en los que se imparte. El
Arte se relaciona directamente con la Belleza y es en estos tiempos cuando más
necesidad de ella tenemos. Sin Belleza la persona se empobrece interiormente y sus
referencias de un mundo mejor desaparecen, o disminuyen, quedando limitadas sus esperanzas.
Otras asignaturas, igualmente importantes, son Historia del Arte o Patrimonio Cultural.
También la Música rema en esta dirección.
Retomando la pregunta, diré que el Arte es algo exclusivo del ser humano, con el que
expresa eficazmente sus anhelos y sus experiencias más íntimas. Para entender y
disfrutar del arte se necesita una cierta formación teórica y técnica. Existe un lenguaje
artístico que el artista utiliza con elocuente expresividad. Así, color, forma,
composición, luz y volumen, etc., son nociones básicas que han de formar parte este aprendizaje, así como el uso de algunas técnicas, aunque sea a nivel de simple experiencia. Por otra parte, hay una historia del arte que se puede estudiar, para saber qué arte se ha hecho en otras épocas, sus estilos, sus técnicas, sus símbolos, etc., que, además de ayudar a comprender esos momentos de la historia, nos muestran sensibilidades y formas distintas de expresar la Belleza. Pues bien, esa formación, técnica e histórica, facilita, no sólo entender, sino disfrutar del arte, que no siempre es fácil.
El artista, ¿nace o se hace?
Nace y se hace. Creo que con lo dicho anteriormente queda explicado. El artista tiene un gusto por el arte, innato o adquirido en el ambiente cultural que le rodea, que le
lleva a elegir una o varias disciplinas artísticas, que ha de aprender. La formación aporta herramientas, también teóricas, que facilitan el despliegue y desarrollo de los
talentos que el artista ha recibido. Todo ello en un clima de libertad que favorezca la creatividad, necesaria en cualquier labor artística.
Centrándonos en su labor como artista, ¿en qué proyectos trabaja actualmente?
Siempre hay obras comenzadas en el estudio y siempre hay ideas nuevas que quieres trabajar. No resulta fácil hablar de los nuevos proyectos, que, de momento, están en fase de maduración y estudio. Se necesita reflexión antes de acometer una obra. Sin pretender hacer de esto un misterio, me parece que no es conveniente revelar lo que aún está en fase de proyecto, porque, entre otras razones, suele variar de un momento para otro. Además, algunos proyectos no verán nunca la luz. Es preciso esperar. Pero sí, hay proyectos en los que estoy trabajando actualmente.
Todo pintor tiene detrás influencias de otros artistas y movimientos, ¿cuáles son las
suyas?
Eso cambia con el tiempo. Los románticos y sus intensas emociones me motivaron
durante algún periodo: Delacroix, Géricault, etc. Los realismos me han interesado
desde siempre: Velázquez, Estes, López, etc., cada uno por razones distintas. Pero,
siempre surgen nuevos referentes. No me siento especialmente ligado a uno concreto,
aunque posiblemente, todos ellos han influido en mi manera de trabajar y ver el arte.
¿Cómo definiría su estilo artístico?
Decir que es realista sería válido, pero incompleto. Mi lenguaje es realista y me
permite expresar los más variados contenidos. No obstante, considero que mi estilo no
está totalmente hecho, sigue evolucionando.
¿Cómo es el proceso que realiza cuando comienza una obra, como por ejemplo un
paisaje o un bodegón?
Cuando me planteo una obra, ya sea un bodegón, un paisaje, un retrato, o una escena con figuras, da igual, busco en primer lugar la idea, considerando sus aspectos formales y conceptuales. Suele ayudarme la realización de pequeños bocetos que estimulan la creatividad y fijan los avances y los cambios que se van produciendo durante el proceso. Cuando he concretado la idea, paso a dibujar sobre el soporte (lienzo, papel, tabla, etc.), a lápiz o pincel, los distintos elementos del tema. Seguidamente, procedo a la entonación cromática y valoración lumínica de todos los elementos, incluido el fondo. El cuadro se dará por terminado, porque nunca se termina totalmente, cuando todo quede bien armonizado.
Cuando uno observa sus pinturas, comprueba que es capaz de hacer un realismo casi fotográfico. ¿Cómo decide llegar a ese estilo que se mueve entre lo pictórico y lo fotográfico?
Ya dejé dicho que la figuración, y concretamente el realismo, me ha interesado
siempre. Cuando haces realismo tratas de conseguir una gran veracidad. El uso de la
fotografía es simplemente un recurso, un medio, a veces necesario. Pero no es el
efecto fotográfico lo que me interesa. Crear la confusión, o el equívoco perceptivo en
el espectador, para que dude si lo que está viendo es una fotografía o una pintura, es
propio de un tipo de realismo concreto llamado fotorrealismo. Aunque ese efecto
fotográfico esté presente en algunas de mis obras, no es, como he dicho, lo que me
interesa.
Algunos de sus paisajes urbanos tienen un algo de enigmáticos, ¿qué pretende
transmitir con ellos?
El paisaje tiene una gran capacidad expresiva. Puede expresar algo tan personal como
las emociones o las ideas. Quizá sea esto lo que hace único y diferente el paisaje de
cada pintor. Por otra parte, la pintura tiene el poder de “transfigurar” la realidad,
aportando un “algo más” que trasciende la pura realidad material de aquello que
representa. Quizá sea esto lo que hace que tengan ese “algo de enigmáticos”. Podría
añadir que me motiva la belleza del paisaje natural, su originalidad, la grandeza e
inmensidad de una panorámica, la simbología a la que puede dar lugar, etc., cualidades
que también están presentes en los paisajes urbanos de grandes ciudades o en las
vistas de un pequeño pueblo perdido en la geografía.
Díganos, ¿con cuáles de sus obras está más satisfecho?
No es fácil responder a esa pregunta. Nunca se alcanza la satisfacción plena. Dios ha
puesto en el corazón humano un deseo de plenitud, de belleza, que, como el deseo de
felicidad, no es posible satisfacerlo del todo aquí en la tierra. Siempre se quiere más, y
es bueno que así sea, porque esa insatisfacción supone un anhelo de plenitud y de
Belleza que lleva a no conformarte con lo conseguido, a superarte, a seguir trabajando.
Quizá sea esto lo que, en el fondo, te motiva.