Númenor, una revista clave en el panorama poético español
La revista literaria Númenor cumple 35 años y le hemos pedido a Fidel Villegas, profesor de Altair ya jubilado, que nos mande unas líneas sobre los comienzos de esta prestigiosa revista, que fundó a finales de los años ochenta.
«Un grupo de estudiantes de Altair, a los que yo daba clases de literatura, me propusieron crear una revista literaria. Fue en 1987. Estaban ilusionados con la idea de publicar lo que iban escribiendo a medida que ahondaban en la lectura de los textos que en las clases comentábamos. Me parece que cualquier profesor de literatura ha tenido esa experiencia: el despertarse en los estudiantes el deseo de escribir cuando perciben que lo que leen tiene que ver con ellos, con su propio mundo.
En Altair siempre ha habido un extraordinario espíritu creativo en los profesores y alumnos; podría decirse que es su estilo. Me encontré con este grupo de estudiantes que pusieron todo su talento y esfuerzo en hacer esa revista, que vio la luz en noviembre de 1987. Le dimos el nombre: “Númenor. Revista del Departamento de Humanidades de Altair”. Ese curso aparecieron dos números más. Los ejemplares los fotocopiábamos, y las portadas eran serigrafías con el nombre de la revista y el árbol de Númenor en tinta roja. El curso siguiente ya pudimos encargar la impresión y la revista tuvo su nombre definitivo: “Númenor. Revista de literatura y pensamiento”.
Los miembros de la primera redacción fueron Francisco Javier Cuadros, Manuel Luna, Francisco Javier Meléndez, José Manuel Ramos Burgos y Juan Ignacio Salvador Mora; a mí me consideraban el director. Creo que ese trabajo fue muy importante para sus trayectorias personales y profesionales. Y al repasar ese primer número no deja de sorprenderme que unos estudiantes de secundaria escribieran textos tan interesantes.
La revista se llamó “Númenor” porque todos nos considerábamos tolkienianos, mucho tiempo antes de las películas y de la difusión comercial de subproductos de El Señor de los Anillos. La belleza del mundo creado por Tolkien les resultaba arrebatadora, y Númenor era el emblema perfecto. De modo que el árbol pasó a ser el logotipo de la revista. Recuerdo que la imagen que se utilizó para la portada la tomamos de una de esas hojas de transferencias que entonces se usaban mucho en el diseño gráfico.
La revista se consolidó. Con los años iban cambiando los miembros de la redacción, que terminaban sus estudios en Altair. Y la revista se fue abriendo a muchos escritores, que apreciaban este trabajo y colaboraron con generosidad. De modo que en 1991 comenzamos otro proyecto, la publicación de los “Cuadernos de poesía Númenor”. El primer libro que editamos fue La vida misma, de Abel Feu. De la revista llegaron a aparecer veinticinco números, en diferentes etapas; actualmente está en fase, digamos, de vida latente. Los Cuadernos siguen publicándose: dentro de pocas semanas se presentará el último, El camino de vuelta, de Luis María Rufino.
Hay un grupo de poetas, varios de ellos alumnos de Altair, que comenzaron su trayectoria literaria como redactores de la revista. En ella publicaron sus primeros trabajos y se dieron a conocer, en buena medida, a través de los “Encuentros poéticos de otoño”, que con el patrocinio de la Fundación de Cultura Andaluza se organizaron durante bastantes años. Actualmente tienen en su haber un número importante de publicaciones, premios y reconocimientos literarios. Muchos críticos han señalado su aportación al panorama de la actual poesía española y algunos se refieren a ellos como la “generación Númenor”.
Han pasado treinta y cinco años desde el comienzo y pienso que se mantiene vivo el espíritu de los comienzos de la revista».
Fidel Villegas