La atención personalizada está en el carácter propio de Altair desde sus comienzos y supone la atención centrada en cada alumno y cada familia. Un medio clave para esta personalización es la preceptuación o tutoría personal con cada alumno y con cada familia.
La denominada educación personalizada es un tipo de educación que da más importancia a la atención personal que a la grupal, pretende revalorizar a la persona, sabiendo que cada alumno es único con sus circunstancias y peculiaridades y por tanto con fortalezas que potenciar y debilidades que mejorar.
Lo que se pretende con la tutoría personal es que se puedan tratar con el alumno temas como el aprovechamiento del tiempo y la adquisición de hábito de estudio; la educación del carácter, la capacidad de superación ante las dificultades, conseguir actitudes positivas como el orden, la puntualidad, la laboriosidad, el respeto a los demás, etc. Además, se fomentan la solidaridad y la ayuda a los demás, el saberse libres y responsables, el cultivo de buenas aficiones, el saber debatir, el espíritu crítico, el buen uso de las nuevas tecnologías (móvil y redes sociales), etc. En definitiva, que los alumnos lleguen a ser felices desarrollándose al máximo.
Mariano Hernández-Barahona, que fuera psicólogo de Altair hace unos años, explica que “el alumno que sale de Altair tiene una formación académica buena, además de obtener unos recursos en formación ética y humana para desenvolverse en la sociedad actual; suele ser dinámico, participativo y con un saludable sentido crítico; no es conformista ni fácilmente manejable: la experiencia me dice que los alumnos valoran más ese tipo de formación que la estrictamente académica».
El tutor -que suele ser un profesor del colegio, o bien un antiguo alumno o un antiguo profesor que colabora en esta tarea con el centro- es una persona con formación, experiencia, y ganas de ayudar a los demás. Tiene como misión animar y orientar a los alumnos, ayudarles a plantear correctamente las relaciones con su familia, con sus amigos y con el medio en que se desenvuelven, encauzar su labor personal de formación del carácter y la personalidad y, en su momento, procurarles la adecuada orientación profesional. Todo ello apoyado en principios cristianos que puedan dar a su vida el estilo y el espíritu que es propio de Altair; y contando con la colaboración de los padres, a quienes el tutor procurará también, a través del contacto personal, orientarles en su labor como padres y aportarles, en la medida en que sea posible, el mismo espíritu que proporciona a sus hijos.
De forma paralela, la tutoría con las familias es una forma de colaboración familia-colegio para ayudar a los padres en la educación de sus hijos. Estas tutorías son entrevistas periódicas entre tutor y familia sobre la evolución su hijo y siempre con el objetivo de que el alumno reciba la mejor formación posible.
En definitiva, en Altair, a través de un trato personalizado y con una estrecha colaboración entre el colegio y los padres, ayudamos a que los alumnos lleguen a desarrollar sus propias capacidades para contribuir a una profunda mejora de la sociedad y para ser felices, mediante la excelencia académica y profesional, la integridad personal y el espíritu de servicio.