Viernes Santo: El Vía Crucis más esperado por Jesús…

Cuando vas a Tierra Santa (y todos deberíamos ir) uno de los recorridos “obligatorios” es el de la llamada Vía Dolorosa, en la ciudad vieja de Jerusalén, que pretende señalar el camino que hizo el Señor el Viernes Santo desde el Pretorio al Calvario con la Cruz a cuestas y donde fue crucificado. Ese día se celebra en esa ciudad y en ese recorrido un solemne Vía Crucis.

Como no era posible hacer allí ese camino para la mayoría de los cristianos, se inició la costumbre de reproducirlo en la devoción del Vía Crucis que tradicionalmente rezamos piadosamente los católicos a lo largo del año y especialmente en tiempo de Cuaresma y el Viernes Santo.

Hacerlo en Jerusalén es algo único, pues añade, al recordatorio y la piedad de esos acontecimientos que marcan la vida de los cristianos, la cercanía física, pues estamos pisando la tierra que pisó Jesús, el Hijo de Dios, el Redentor del mundo. Pero, como no es posible hacerlo así, ordinariamente, la piedad cristiana, lo traslada a los distintos lugares del mundo, para despertar en nosotros, el espíritu de penitencia, de dolor y agradecimiento por el amor que nos ha demostrado dando su vida por nosotros, en la Pasión y Muerte en la Cruz.

En algunos lugares han brotado otras formas de piedad que pretenden el mismo objetivo, como las estaciones de penitencia de las ciudades y pueblos andaluces, particularmente las de Sevilla, que llevan a cabo las Hermandades y Cofradías de la ciudad.

Este año, debido a la reclusión a que estamos sometidos por la pandemia, hace imposible que las cofradías hagan su estación de penitencia por las calles de Sevilla o de otros lugares. Pero el Viernes Santo es un buen día para que, los cristianos piadosos, podamos rezar el Via Crucis aunque no podamos hacerlo en un lugar sagrado. Y, del mismo modo que nuestros antecesores superaron los inconvenientes de no poder hacerlo «in situ», y así surgió esta devoción tradicional, nosotros también podemos hacerlo desde nuestras casa o en nuestra casa siguiendo algunos de los ejercicios del via crucis que nos ofrecen los medios de comunicación, como hacerlo personalmente, o en familia, con alguno de los textos que han surgido a lo largo de los siglos.

San Josemaría escribió uno de ellos que tal vez pueda ayudar a los alumnos y familias de un colegio como Altair que existe por su fe y afán de extender la vida cristiana por el mundo y en el mundo. Es un buen ejercicio para vivir este Viernes Santo “sin procesiones” pero con Semana Santa. Todos podemos, en casa o desde casa, en familia o solo, hacer este camino junto a Jesús para pedir perdón por nuestros pecados y para aliviar el dolor de quien padeció y murió por amor a nosotros.

Lo puedes encontrar en la página web del Opus Dei, en texto y en audio.

D. Miguel González
Capellanía de Altair

Fotografía del antiguo alumno Román Calvo

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