Desde pequeño, los que le vieron crecer, lo tenían claro: “siempre me comentaban que era un chico despierto, divertido y mal estudiante”. Repasando los libros de escolaridad, “me confirman dicha aseveración; eso sí, era experto en billares y futbolines”. José García Sáez nació un 13 de febrero de 1952 en El Cerro del Águila, en el seno de una familia humilde. Padre de dos hijos y abuelo de cuatro nietos, a los 18 años comenzó su experiencia laboral “como YVM: y veme por un café y veme por esa copia, etc.”. Al comprobar el futuro que le esperaba, retomó sus estudios, compaginándolos con el trabajo: Oficialía Industrial, Maestría Industrial, COU y Arquitectura Técnica. En 1983 entró a formar parte del claustro de la Sección de Formación Profesional de Altair, como profesor de dibujo, y en 1991 se hace cargo de la dirección. En septiembre de 2012 pasa a la situación de jubilación parcial, “en la que me he propuesto no echar barriga y no perder el tiempo, pues tiene que ser muy penoso levantarse de la cama sin saber para qué”. Por lo pronto, está plenamente volcado en su labor como escritor.
Casi 30 años como profesor en Altair, de los cuales 20 como director de la sección de Formación Profesional, ¿qué recuerdos tiene de esta dilatada etapa?
Echando la vista atrás, los mejores años profesionales de mi vida, sin duda. Bien es cierto que los comienzos son difíciles en cualquier sitio, pero aquí fueron apasionantes. Mis antiguos compañeros de empresa, cuando se enteraron de mi nueva situación laboral, me decían: vas a trabajar menos que un maestro de escuela. Y se equivocaban. En la docencia las horas son de sesenta minutos de trabajo real, había que dar de “comer” a un monstruo con cuarenta cabezas. Y que ni decir tiene que mucha de esa “comida” había que prepararla en casa.
El ambiente en Altair era inmejorable. La libertad y la responsabilidad, junto con el hecho de que todo el profesorado tirase del carro en la misma dirección, facilitaba, y facilita hoy en día, enormemente la tarea educativa. Trabajar con personas es una tarea muy gratificante.
Aprovecho esta entrevista para agradecer, y pedir disculpas, al equipo educativo que me ha ayudado en mis más de veinte años al frente de la Sección de Formación Profesional. En el fondo ellos han sido los artífices del prestigio alcanzado en nuestra ciudad.
Más de uno se lo habrá preguntado: ¿Y cómo un profesor de Formación Profesional acaba como escritor?
Mi vocación en la escritura es tardía. A decir verdad, hasta los 32 años, toda mi lectura era técnica: trabajo y estudios. Más tarde, años de docencia y familia. Lectura fuera de este ámbito, prácticamente nula. Sin embargo, siempre he tenido la inquietud de tomar nota, y más en los últimos años, de situaciones que despertaban mi interés. De hecho los dos primeros libros, El matrimonio. Una gran aventura y La condición humana. Venturas y desventuras, son fruto de reflexiones personales basadas en lo que veo, en lo que observo, en lo que siento y en lo que soy. La última publicación, El hijo más valiente, está basada en una situación familiar: los miedos y la tristeza ante la enfermedad. También tengo confeccionado un blog, jgsaez.blogspot.com.es, con más de cinco mil entradas.
Me gustaría decir, por si alguien se anima, que para escribir hace falta leer mucho. Y en eso estamos. No quería dejar pasar esta oportunidad para agradecer a Fidel Villegas su ayuda y su paciencia inestimable. Sin él, creo que todo lo publicado se hubiera quedado en esos apuntes personales.
Ya nos ha nombrado los libros editados, ¿cuáles son sus próximos proyectos a corto plazo?
La verdad es que hay un par de libros y cinco o seis cuentos en vía muerta, a la espera de que “el jefe de estación” les dé salida.
Aunque ya no se dedique a la docencia, por su experiencia, ¿cómo motivaría a los alumnos a la lectura y a la escritura?
Todos los alumnos, da igual de qué etapa, deben leer como costumbre. Les diría que se aficionen, que comiencen por libros que despierten su interés. La lectura da pie a la reflexión: “Pienso, luego existo”. Leo, luego existo muchas veces. El que lee madura antes. Hay que dedicarle menos tiempo al móvil y a la televisión y más a la lectura. Por ejemplo, en Altair tenemos una buena biblioteca.
Ahora que se acercan las fechas navideñas, ¿cómo se pueden adquirir sus publicaciones?
Lo más cercano, en Altair, preguntando a nuestro amigo Tejada. También se encuentran en librerías como Tarsis, Beta, Casablanca Comunicaciones, Diálogo, etc; así como en formato digital.