Entrevista a Ricardo Sánchez Antúnez, antiguo alumno de Altair que actualmente es delegado del gobierno de la Junta de Andalucía en Sevilla
Ricardo Sánchez Antúnez (1968), es licenciado en Ciencias Químicas por la Universidad de Sevilla, fue alcalde de Mairena del Alcor desde 2011 hasta 2019, fecha en la que fue nombrado delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía.
Con gran alegría y agradecimiento ha visitado Altair para tener un encuentro con la dirección del colegio y conocer las reformas que se están haciendo, como el nuevo taller de Mecánica -con una cabina de pintura para vehículos-, o las mejoras en el edificio de Primaria. En su visita también ha podido saludar a dos compañeros suyos, que son profesores de Altair, como Juan José Amador y José Enrique González Eulate.
¿Qué recuerdos tiene de su paso por Altair?
Fueron cuatro años de una etapa trascendental de cualquier persona, en plena adolescencia. Yo estaba aquí toda la semana, de lunes a viernes pasaba el día entero, incluso almorzaba con mi canasto. Salía de Mairena del Alcor de noche y volvía de noche. Fue una etapa a la que tengo un gran cariño: la vida estudiantil, los compañeros, el crecimiento personal… cada vez que veo un rincón de Altair me vienen recuerdos muy gratos de mi pasado.
En su formación como químico y en su carrera como político, ¿qué le ha aportado Altair?
Por un lado el apartado humanístico, fundamental en este colegio. Hay una formación académica y religiosa, pero me hice adulto en Altair. Emprendí la carrera de Química gracias a D. Francisco Guerra, que me transmitió su pasión por esta asignatura. Incluso en COU noté un nivel más alto que en primero de carrera.
¿Qué anécdotas recuerda de aquella época?
Recuerdo mucho a D. Paulino, que se quedaba a cargo del comedor, y hubo momentos muy divertidos allí. Los alumnos de Mairena formábamos un grupo y no parábamos en ningún momento, tras comer jugábamos al baloncesto y a otros deportes. También estudiaba en el Club Viar y llegaba a casa con todo el trabajo hecho.
¿Cree que la tutoría personal que se lleva a cabo en Altair le ha beneficiado en su carrera profesional?
Sin duda alguna, no es algo teórico, sino práctico y real. Aunque yo fui buen estudiante, recuerdo a muchos compañeros que fueron orientados gracias a ello. Antiguos compañeros de Altair me han confirmado que gracias a esas tutorías, abrieron los ojos y se pusieron serios con los estudios, hasta llegar a donde han llegado, recordando cómo les marcaban pautas, los horarios y les ayudaron a estudiar.
No hay que olvidar que estas tutorías son algo extraordinario, no están en los programas curriculares del colegio, pero sin duda se valoran mucho con el paso del tiempo.
¿Qué cualidades debe tener un buen político?
Por mi experiencia en la alcaldía, un político debe desempeñar su función a pie de calle, mirando a la gente a los ojos. En ese sentido, la formación humanística que recibí en Altair me ha sido fundamental. Hay que ser comprensivo, ponerse en la piel del que tiene un problema, buscar la solución. Y por supuesto tener una amplia vocación de servicio público. En ese sentido, Altair también me ha transmitido mucho de lo que soy.
No cabe duda que Altair es un colegio que ha hecho una labor social y educativa impresionante en una zona de Sevilla donde se encuentra. Y el que no lo quiera ver, está ciego.
Como miembro del gobierno andaluz, ¿qué podemos esperar de esta legislatura recién iniciada?
Primero, esperemos que los presupuestos nos marquen un buen camino para trabajar. Ahí tenemos nuestras líneas de trabajo, y muchas son para Sevilla, en las que nos esforzaremos con mucha ilusión: finalización del antiguo Hospital Militar, las obras de las líneas 2 y 3 del metro, el soterramiento de Montequinto… Este gobierno ha ganado en credibilidad, lo que se promete se realiza, no nos movemos por criterios políticos o personales sino por necesidades generales.
Y por encima de todo, se encuentra la inversión en educación. Veníamos de una etapa con muchas carencias y estamos poniéndonos poco a poco al día, sobre todo en la mejora de infraestructuras. Queremos que el nivel de exigencia crezca y hacer un buen trabajo para seguir contando con la confianza de los andaluces.
(En la imagen superior, Ricardo Sánchez Antúnez, junto a los profesores de Altair, Juan José Amador y José Enrique González Eulate)