La revista Nuestro Tiempo, editada por la Universidad de Navarra, homenajea en su último número (enero-febrero 2008) a Númenor, la publicación que desde 1987 llena de poesía el Centro Educativo Altair.
Bajo el enunciado Los últimos títulos de Númenor, Rocío Arana hace un repaso de la historia de la revista: “Un año, 1987. Un colegio, Altair, en Sevilla. Un profesor, D. Fidel Villegas. Un grupo de alumnos inquietos, soñadores, con el gusanillo de la poesía bailando ya dentro. ‘Don Fidel, ¿y si hacemos una revista?’ Y la hicieron. Su nombre revela la pasión de D. Fidel Villegas y de sus alumnos por el mundo tolkieniano, cuando aún no habían llegado a la gran pantalla las tres películas de Peter Jackson. En 1991 la revista de literatura y pensamiento creció hasta convertirse en editorial, y nació la colección Cuadernos de poesía Númenor. En el año 2000 comenzaron a organizarse los encuentros de otoño de Númenor, eventos poéticos en colaboración con la Fundación de Cultura Andaluza…”.
De igual forma, la autora resalta la filosofía de la publicación, que aúna autores reconocidos y jóvenes promesas: “Si digo que Númenor es una editorial artesana es porque D. Fidel (y los que ahora componen el llamado “grupo Númenor”), cuidan cada publicación con mimo, intentando aunar profesionalidad y arte. Se han especializado en, por una parte, publicar antologías de autores consagrados como d’Ors, Ibáñez Langlois o Guillén Acosta, y por otra, dar una oportunidad a escritores noveles como en su día lo fueron Abel Feu, Rocío Arana y Pablo Moreno. Una serie de nombres que tienen en común, además de una amistad y una vocación poética, el haberse estrenado en esta casa, haber recibido un cheque en blanco de manos de D. Fidel Villegas”.
Por último, Arana se detiene en las óperas primas de dos nuevos poetas, Juan José Fernández Cerero, “que con sólo veinte años ha sido capaz de escribir un libro, Oro, que no parece el primero: hay en lo que dice y cómo lo dice algo que promete una lúcida madurez poética”, y María Eugenia Reyes Lindo, “cuyo libro irradia frescura. Ella afirma que la poesía es un don y una carga, pero como buen don oculta a los lectores la parte negativa que siempre conlleva”.